Fascitis plantar y espolones óseos
La fascia plantar es un tejido en la parte inferior del pie que conecta el talón con la parte
delantera del pie y sostiene el arco. La fascitis plantar es una inflamación de este tejido.
Causas y síntomas
La fascitis plantar generalmente se desarrolla sin ninguna causa específica y se desarrolla
lentamente con el tiempo. Los factores de riesgo incluyen músculos de la pantorrilla tensos, obesidad,
arco alto del pie, actividad de impacto repetitivo y nivel de actividad nuevo o aumentado.
Los espolones en el talón no son necesariamente una causa de dolor. Una de cada 10 personas tiene
espolones en el talón, pero solo 1 de cada 20 personas con espolones en el talón tiene dolor en el pie.
Dado que el espolón no es la causa de la fascitis plantar, el dolor se puede tratar sin quitar el espolón.
Los síntomas de la fascitis plantar incluyen sobre todo dolor con los primeros pasos de la mañana, dolor
en la planta del pie cerca del talón y dolor después del ejercicio, pero no durante el mismo.
Evaluación y tratamiento
La evaluación incluye una historia médica detallada y un examen físico. Se pueden hacer radiografías para
descartar otras afecciones.
El tratamiento inicial incluye reposo, hielo, medicamentos antiinflamatorios y estiramiento de la
pantorrilla y la fascia plantar. Ocasionalmente, se pueden sugerir almohadillas blandas para el talón,
férulas nocturnas, terapia de ondas de choque extracorpóreas y, en raras ocasiones,
inyecciones de corticosteroides. Más del 90% de los pacientes con fascitis plantar
mejorarán dentro de los 10 meses de este tratamiento.
La cirugía solo debe considerarse después de 12 meses de tratamiento no quirúrgico agresivo.
Si se recomienda un tratamiento quirúrgico, se puede realizar a través de una pequeña incisión como
procedimiento ambulatorio. Dado que la cirugía para la fascitis plantar puede provocar dolor crónico
e insatisfacción, solo debe considerarse después de un tratamiento no quirúrgico exhaustivo.